jueves, 7 de junio de 2012

EL TERCER DÍA


Como cada día, comenzamos con el más suculento de los desayunos, pero esta vez teníamos sorpresa, nos esperaba con aire germano y puntual Bachir, nuestro intrépido y querido protector del desierto, con su jeep perfectamente colocado a la entrada. Y nos dirigimos al colegio, nos espera nuestro primer día de rodaje.
Nuestra script en plena faena.
Al llegar al colegio, comienza la incertidumbre y se cumple la auto profecía de Agustín, faltan algunos de los participantes y se nos ha quedado atrás algo de material. Mientras se resuelven algunas desavenencias, comenzamos parte del taller y algunas dinámicas, con el grupo de niños/as, es todo un lujo, realizamos varias dinámicas de presentación, que resultan ser súper divertidas para todos/as. Queremos conocer, que profesión les gustaría, cuál sería su función a realizar en un cortometraje… “Yo director, yo quiero grabar con la cámara como la de Pablo, Yo sacar fotos,…”, son algunas de las aportaciones. Y para nuestra grata sorpresa, surge de forma improvisada una clase didáctica de lengua hasaní, nuestros pequeños sabios se convierten en perfectos pedagogos de su lengua y da resultado, aprendemos mucho, ya sabemos decir “Buenos días = Sabah el jeir”, “buenas noches = Leila saida”, “cariño= habibi” y así un sin fin de expresiones, que en nuestras bocas suenan bastante diferentes, por lo que les hacemos reír.
Dos de nuestras actrices.
Hamada nos dice que ya todo está dispuesto, comienza la odisea, ¿cómo se meten 21 personas en un jeep?, pues hemos descubierto la fórmula, con mucho amor, paciencia y “maña pa’ordenar”, como la de Nira. Un supuesto viaje que se apuntaba la mar de incómodo, ha sido como el camino de la vida, con dificultades, pero con el prisma de ilusión que le queríamos dar, y fuimos el vehículo “más concurrido pero más sonoro” de todo Dajla. Sí, el trayecto se compuso de un maravilloso intercambio de canciones entre culturas hermanas, donde había una canción de nuestros niños/as en hasaní, se le respondía con “1 sardina, 2 sardina, 3 sardinas y un gato” y entre medias, la influencia de las grandes masas un “Waka Waka”, que se terminó convirtiendo en la banda sonora original de este viaje.
Llegada a la majestuosidad y belleza de las dunas, el mejor de los platos que podemos tener, rodaje medianamente tranquilo, las inclemencias del tiempo aún se dejan caer en forma de ráfagas de viento que nos invaden de arena dulce y fina. Pero finalmente, mañana productiva de rodaje, se comienza a vislumbrar la profesionalidad del pequeño “Señor G”, diminuto en tamaño, pero esplendoroso en su interpretación y entrega.
Durante el rodaje.
Llegada al colegio nuevamente, tratamos los horarios convenientes y nos despedimos hasta la tarde de nuestros pequeños actores. Bachir comienza su ritual de protocolo germano y nos da algo de prisa, nos esperan. Llegamos al “Oasis Palmera”, mmm que fresquito entre las sombras de las mismas, realmente es un fascinante oasis. Aquí mientras nos refrescamos con algo de beber, encontramos a varios personajes que han asistido al festival, y entre el refrigerio y el entorno, la espera se hace llevadera. De repente, ha llegado Bachir, nos invita a pasar a un espacio más tranquilo, allí nos esperan. Al entrar nos recibe con su bella sonrisa la Ministra de Cultura, persona con la que vamos a compartir un suculento y tradicional almuerzo. El couscous, la carne de camello, la atención, la hospitalidad, etc. Todo ha estado exquisito, la tranquilidad que despierta la voz cálida de la ministra es el colofón al almuerzo. Nos dedica unas palabras, que no sólo nos emocionan, sino que nos calan en lo más profundo de nuestro corazón. Nos da las gracias, y nos invade una sensación extraña, (¡¡Gracias!! ¿Por qué?, si somos nosotros los que debemos dar las GRACIAS, somos nosotros los que estamos llenos de PAZ, desde que hemos pisado esta tierra…). Nos despedimos con abrazos de la Ministra y volvemos al colegio, la jornada de rodaje debe continuar.
Las dunas de Dajla.
Repetimos operación “tetris”, nos montamos en el coche y hacia nuestro plató natural. La tarde ha estado más tranquila, hasta que ya se avecinaba el anochecer, donde ha comenzado a resoplar nuevamente. Nos toca entonces correr por las dunas, detrás de narices que se despegan, sombreros que se deforman por el zarandeo del viento y mientras Tere en lucha con la cinta de doble cara. Pero esta tierra es sabia y nos regala instantáneas, colores, recursos e imágenes de la tarde cayendo, que permanecerán de por vida en nuestras retinas. Recogida de material y regresamos.
En casa de Chej Said.
Ya entrada la noche, y antes de llegar a casa, vamos a visitar a Chej. Uno de los ancianos, protagonista de “Ventanas de Esperanza”, el cortometraje del año anterior.  Para los y las que no conocíamos  a Chej, ha sido espectacular, un señor con un control de la lengua española exquisito, simpático, hospitalario, intrépido, risueño y así un sin fin de calificativos que nos vienen a la mente. Chej tiene una familia grande, llena de pequeñas vidas que corren y nos saludan, nos tocan, nos sonríen, son sus nietas y nietos. Están encantados con nuestra visita y nosotros aún más con su cariño. Dentro de la magia que ofrece el ritual del té, hablamos con Chej, les explicamos el proyecto de “Semillas de Esperanza” y le hacemos entrega de las semillas, la copia del cortometraje y algunas fotografías del rodaje del año anterior. Chej quiere que nos quedemos y Bachir al respecto, hace un despliegue de su poderío protocolario y nos resuelve ciertas dudas que surgen sobre la “Noche de las Dunas”, un acto del festival. Finalmente y a pesar de los pesares, nos despedimos de la gran familia de Chej y regresamos a casa.
En casa nos espera nuestra familia, una cena llena de sabor a hogar y el cuerpo comienza a sentir las horas de trabajo. Mana se asoma y nos invita a ver las pelis del cine con más estrellas, pero nos ve y entiende que hoy ha sido una dura jornada de trabajo, nos despide y se va a disfrutar. Nosotros por nuestra parte, comenzamos a descubrir que el cansancio hacía estragos en positivo y agudiza la mente y la creatividad, “Gracias Maestro Tino”, y entre la vigilia y el sueño revelamos las grandezas de la Letibalm… Desconectamos luz, colocamos bombona, quitamos pilas al reloj y entre risas nos deseamos hasta mañana…
Continuará… 





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