viernes, 26 de marzo de 2010

UN MAL DÍA

Esta mañana leíamos en un pasaje del libro de Eduardo Punset, “¿Por qué somos como somos?”, la siguiente enunciación “Si el siglo XX fue el de la física, el XXI es, sin duda, el de la biología… encontrar la molécula de la vida…”
Seguimos leyendo, pero era imposible quitar de la cabeza, dicha estrofa, nos acompañaba sin querer…
Nos viene al pensamiento, que es una certeza bastante grande, porque hoy; que todo se apuesta a un bienestar desde el yo interior, las sensaciones y el escuchar a nuestro cuerpo, como parte fundamental y “medicina”, para el ser humano. Como es posible que estemos tan mal, y no vamos a hablar de los males y conflictos del mundo, hablamos del ser humano como ser, de ese interno. Estamos viviendo, relacionándonos y conviviendo, sin un sentimiento unánime de humanidad. Con esto hemos perdido la apuesta por la vida, por la alegría y por el amor. Estamos inmersos en una vida insípida, de escaparate, donde hablamos de solidaridad, tolerancia, cooperación, ayuda y paz. Desde un convencimiento de humanidad, cuando lo único que nos mueve es la aceptación. Estamos tan mal con nosotros mismos, que ejercemos la filosofía del yo interior y ejercemos políticas, bajo las bases de un sentimiento “ficticio” de humanidad. ((Y realmente tiene su lógica, pues pensando vagamente, ¿cómo vamos a sentirnos un todo, si estamos ocupados intentando saber quién y cómo somos?)) Estamos en una sociedad, (sea por la razón que sea), que nos ofrece y permite como nunca, en el trascurso de vida de la humanidad, el hecho de participar y asociarnos para trabajar por el bien común. Pero es, en cambio, cuando menos ganas y participación hay, (o por lo menos), con tan poco sentimiento y convencimiento de lo que se hace. Pero sea de la forma que sea, hagamos lo que hagamos, aún así, nos seguimos sintiendo mal…
Es como hoy, por ese mismo hecho de estar pensando sólo en nosotros, nos hemos vuelto a flagelar pensando en la jilipolles más grande del mundo. Si no hubiesemos estado tan pendiente de nosotros mismos, hoy hubiese sido un gran día, sin mayores complicaciones… ¿Será que nos queda un resto de ese sentimiento REAL de humanidad? y aunque sea por un momento, nos hemos planteado: “¿hacia dónde estamos caminando la humanidad, en qué estamos fallando para que haya tanto daño a nuestro alrededor? Qué sólo basta con dedicar un pellizquito de esa dedicación personal, a conocer y conocernos, siendo espejos de los que nos rodean, como parte de nuestro sentimiento propio y nuestra dedicación personal”. Porque eso nos hace ser humanos, nos permite tener SENTIMIENTO DE HUMANIDAD.

O es que simplemente, no hay que olvidar, que esto es tan solo hoy, y que es fruto de que hemos tenido un mal día…