Miércoles 2 de mayo de 2012
A las 9 de la mañana, después de varias visitas de
Mana, conseguimos levantarnos. La noche no había sido muy placentera para
ninguno. Todos habíamos caído rendidos por el cansancio del viaje, y confiados
por el calor del día en el desierto, no nos tapamos y colocamos las mantas
formando un improvisado colchón, sin pensar que en plena madrugada las
temperaturas son mínimas. Así que dormir habíamos dormido poco… muertos de frío
toda la noche.
Amanece sobre las jaimas y comienza el trabajo. |
Disfrutamos de nuestro primer desayuno saharaui. Pan
hecho a mano por Mana, mantequilla y mermelada, café, leche de cabra y un huevo
duro. Y pronto apareció Bachir, del que nos habíamos despedido la noche
anterior tras bajarnos de su jeep y descargar todos los bártulos. Para nuestra
alegría nos contó que nos acompañaría los cinco días que íbamos a pasar en Dajla.
Nuestro primer objetivo fue ir al colegio Sidi Haidug,
para encontrarnos con Hamada, profesor del colegio, que había quedado en
seleccionar un grupo de niños para nuestro taller de cortometraje. El colegio
estaba cerrado, era día de fiesta, comenzaba el FiSahara.
Casting |
a los niños y niñas que participarían en el rodaje
de “El Señor G”. Casting que duró 5 minutos. Nada más verlos a todos, Agustín
reconoció al que sería nuestro protagonista, Allal, un niño de sonrisa
expresiva y ojos vivos, imparable, un torbellino que luego resultó ser todo un profesional de la interpretación. Si lo hubiésemos buscado a conciencia no lo
hubiésemos encontrado tan hecho a medida. Contamos a nuestro alrededor y vimos
que el grupo era de 12 niños y niñas, justo lo que necesitábamos, y todos
entraban en las batas de vestuario. Casting terminado.
Almuerzo en la casa de adobe. |
Trabajando con los niños y niñas el guión. |
Primeras pruebas de vestuario. |
Tomando recursos al atardecer. |
Unas horas después, aprovechando que aún había luz, buscamos recursos exteriores para tener imágenes de la Wilaya desde una pequeña loma. Nuestro primer atardecer en el desierto nos regaló un juego de luces y colores casi indescriptible.
Jornada de proyecciones en el desierto. |
Al llegar a casa y cenar el cansancio del día empezó a
hacer mella, pero aún quedaba algo por hacer. Era la primera noche de
proyecciones en la pantalla del desierto, y cuando Mana y Coría, su hija,
vinieron a buscarnos, algunos de nosotros no pudimos resistirnos a una noche de
cine bajo el manto de estrellas. Esa noche proyectaban “Hijos de las nubes”,
documental producido por Javier Bardem, que en un tono didáctico, sencillo y
emotivo explica la situación actual del conflicto entre el Sáhara y Marruecos.
Broche perfecto para nuestro primer día en los campamentos.
Sobre la 1:30 a.m. los ojos empezaron a cerrarse.
Desconectar la luz, colocar la bombona tras la puerta y quitarle las pilas al
reloj que la noche anterior no había dejado dormir a Ana… ¡Hoy sí nos pusimos
las mantas por encima! Hasta mañana…
Continuará.