lunes, 22 de junio de 2009

Vicente Ferrer: otro mundo es posible

Descubrir la labor de Vicente Ferrer y de la fundación que lleva su nombre en Anantapur, es como recobrar la esperanza en el ser humano, es como tocar con la mano la utopía de que otro mundo es posible.

El trabajo con los dalits (intocables), los fuera de casta, los más miserables entre los miserables, ha sido casi un milagro, porque aparte de construir escuelas, hospitales, viviendas dignas, les han ayudado a asociarse para cultivar la tierra, han creado programas para favorecer y mejorar las condiciones de vida de las mujeres y los discapacitados. Pero lo más importante, y aquí está el verdadero milagro, es que han recuperado la dignidad, la alegría de vivir y sobre todo la esperanza. Han dejado de creer que su destino al nacer era ser pobres y sin derechos hasta la muerte (porque así había sido siempre), para sentirse seres humanos libres y miembros de una comunidad que siempre les rechazó por ser los más pobres de entre los pobres.

Vicente Ferrer nos ha dejado físicamente, pero las raíces de su obra
están bien agarradas a la tierra porque ya nadie podrá parar esa marea de millones de seres humanos que han descubierto que otro mundo es posible.

El mejor homenaje que le podemos hacer a Vicente Ferrer es conocer su obra, difundirla y si es posible colaborar con ella en la medida de nuestras posibilidades.

1 comentario:

  1. Anónimo3/7/09 18:24

    Vicente Ferrer no ha muerto, sólo muere quien es olvidado.

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