“Esta
fue la segunda vez que llegaba a Tinduf. El objetivo de este viaje era una
reunión de solidaridad internacional para seguir empujando el plan de paz
aprobado por las Naciones Unidas. Ya todo el mundo sabe que las resoluciones
que de verdad valen la pena hay que empujarlas un poquito. El otro objetivo
surgió cuando el compañero Medina, un canario de unos 60 años, menudito él y
muy apreciado en el antiguo Villa Cisneros (donde residió más de 20 años),
acompañado de Raymundo, un portuario jubilado, luchador, seco y duro, ambos muy
buena gente, me propusieron que
les acompañara a Dajla , la provincia más lejana que el Frente Polisario tiene
a unos 200 km. De Tinduf. La idea me entusiasmó, cinco horas en jeep, ni pistas
ni carreteras. Pensé que pronto llegaría a Kenya. Raymundo
decía que por ahí pa ´ llá se
llegaba a las pirámides. Mohamed Mostark
y Maelainin el chofer, dos polisarios curtidos, hacían que nos
sintiéramos seguros en medio de aquel siroco.
LLegada a Dajla. |
Justo
cuando el sol se ponía, apareció ante nosotros un oasis arropado por miles de
jaimas, niños y niñas. En las afueras, al igual que en Fuerteventura, las
cabras y los camellos no se sabe bien lo que hacían. Raymundo dice tenían gafas
verdes. A nuestros occidentalizados ojos, llenos de visiones plásticas y
húmedas, nos era imposible concebir cómo, entre tanta sequedad y ventolera, la
gente, alejada de rituales estériles, mostraba la hospitalidad en toda su
crudeza. Nos ofrecieron leche, té, comida y conversación. Nos ofrecieron
grandes dosis de humildad, de coraje y de esperanza en que la guerra termine.
También un mensaje al pueblo canario: podemos estar otros 15 años en el
desierto y lo que haga falta para recuperar nuestra tierra.
Comenzando la jornada a las afueras de Dajla. |
Mientras,
la juventud iba al colegio y hacía ruindades, el agua corría por las acequias y
humedecía las hortalizas, los grupos musicales ensayaban, los combatientes
descansaban y las camellas y las cabras eran ordeñadas.
La
conclusión de Medina fue fulminante: ¡Aquí hay Polisario para rato! Una vez en
Tinduf, este pensaba en abrir una ruta de solidaridad canaria por Mauritania,
Raymundo estaba empeñado en albear todas las paredes y, yo, la verdad no me
acuerdo.
Señores
gobernantes de los países de moda, ustedes hablan del Tercer Mundo, de la
guerra y de los niños, pero no saben lo que es Gach-Mula. Usted se olvidó.
Ahora prefiere pertenecer a la corte de Hassan II.”
Dajla al atardecer. |
(Los héroes viven en el
desierto, no en la corte de Hassan II.
Columnismo Identitario. Francisco A. Déniz Ramírez. Ediciones IDEA 2010)