
Espejos. Una historia casi universal contiene esta y otras muchas desobediencias. Las escucharemos el próximo martes 17 de enero, cuando en la propia voz de su autor salgan como pájaros hambrientos por las ventanas de la sala Che Guevara de la Casa de las Américas. Así es: Eduardo Galeano ha vuelto a Cuba y a la Casa, luego de casi 11 años de no haberse ido. Lo recibimos esta mañana. Al rostro que a los cubanos nos recuerda a Titón, conserva el atractivo de sus años de juventud; pero han pasado los años y al hombre le han florecido otros encantos: la voz, ahora más calmada, apenas susurra y nos llega fuerte; y con el buen humor que celebra siempre en su inolvidable Roque —a cuya familia le han arrebatado hace apenas unos días el alivio de ver condenados a sus asesinos—, nos hace familiar el encuentro, como si le conociéramos de siempre.
El escritor uruguayo E

Aquel jurado de prestigiosas figuras de la izquierda, según supe después, consideró que el libro no era lo suficientemente serio como para recibir el Premio. Era un período en el que todavía la izquierda confundía la seriedad con el aburrimiento. Por suerte, eso fue cambiando y en nuestros días se sabe que el mejor aliado de la izquierda es la risa.” Espejos para una historia universal“Es un libro que anda por unas cuantas ediciones. Es el penúltimo, porque acabo de publicar Los hijos de los días. “Espejos… se ha traducido a varias lenguas. Es una tentativa de colaborar a la recuperación del arco iris terrestre. No es que tenga la certeza, pero sí la sospecha, de que el arcoíris terrestre contiene más fulgores que el celeste. Es más hermoso el nuestro que el de los dioses de arriba. Quería ayudar a recuperar esos colores perdidos porque estamos ciegos, mutilados por una larguísima tradición de racismo, de machismo, de elitismo, de militarismo y de otros ismos que nos impiden descubrirnos en toda la plenitud de nuestra belleza posible. Espejos es un libro que recoge esas voces que nos ayudan a sabernos bastante mejores de lo que creemos que somos.”
Indignos o indignados: no se puede ser neutral “Las esperanzas andan por todas partes, no solamente donde salen a la luz pública o convocan la atención publica. Eso va creciendo como el moho en la piedra, como decía Violeta Parra, muy lentamente, como crece el amor. Sería injusto que mencionara como ejemplos a un país u otro, porque además no creo en esas cosas. Creo que los procesos de cambio que de veras se dan, crecen de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera, de modo que a veces son silenciosos, casi secretos, pero existen en todas partes y a veces nos sorprenden. “Por ejemplo, este fenómeno mundial de los indignados estalló de golpe y no hay quien lo pare, porque la indignación tiene una capacidad de contagio sorprendente. Es una de las buenas noticias que el mundo tiene, más allá de las etiquetas que les quieran poner a las cosas, si de izquierda o de centroizquierda. Lo que importa es confirmar que el planeta está dividido entre los indignos y los indignados, en un mundo que obliga a la indignidad. Neutral no se puede ser.”