
La diferencia está en cada uno de nosotros y eso hace que seamos más libres, todos llevamos implícito y elegimos nuestra propia distinción personal.
La propia naturaleza está llena de seres

La casta de trabajadores de la película Metrópolis, de Fritz Lang, en su concepto igualitario, pasó por debajo de la rendija de la puerta de la modernidad, quedó trasnochada. Hoy no se lleva ser todos lo mismo porque alguien “superior” no admita la diferencia.

Ser diferente no es sinónimo de desigualdad sino todo lo contrario.
ACEPTEMOS LAS DIFERENCIAS PARA SER TODOS IGUALES!!!